El pregonero

La carretera vuelve a crear accidentes

Este país, que vive en crisis económica, social y moral, desde hace años, especialmente en los tres últimos, sigue creando un consumismo inconcebible, en cuanto llega un puente o unas vacaciones, más o menos largas, creando una sensación de angustia y necesidades mas o menos necesarias, y haciendo triunfar una vez más, el neoliberalismo alocado que conduce a un estado de inestabilidad total entre quienes habitan este país.

Fruto de ello es la obsesión por participar en unas vacaciones, que más que suponer un descanso necesario a todas luces, siembran la tragedia, en quienes se ven afectados por accidentes – especialmente en la carretera – dejando  vidas y familias partidas.   Es el resultado de un sistema social equivocado donde consumir es palabra sagrada.

Frente a ello, a los responsables de la gestión, administración y seguridad de unas vías de comunicación, solamente se les ocurren, campañas ineficaces, amenazas técnico administrativas,  y búsqueda de recaudaciones, en lo que los gestores son maestros.

Más les valiera hacer algo más lógico y sensato – claro que eso suele dar trabajo y necesitar preparación profesional – teniendo las carreteras en buen estado – especialmente las locales y de menor uso. También disponer de una clara y adecuada señalización. Evitar errores informativos que existen, especialmente en las carreteras más locales y, en suma, una racionalización de las vías por donde se circula, tanto en las salidas y regresos, como en las que suponen unos recorridos ya en los puntos de destino.

Mientras tanto la sangría sigue produciéndose , y los grandes “profesionales y gestores del sector”, siguen presumiendo de que ponen todos los medios necesarios al alcance de los conductores y, solamente la ignorancia y la locura  de los que manejan los vehículos, son la causa de tanta muerte y tanta desgracia, que – como aseguran las estadísticas – aumentan año tras año.

Efectivamente, hay mucho loco llevando el volante del vehículo y también mucho insensato  en estos desplazamientos. Junto a ellos, hay verdaderos ineptos, que se les llena la boca de “medidas eficaces”, que simplemente sirven para intentar recaudar más dinero de los contribuyentes, porque – entre otras cosas – no reciben suficientes impuestos derivados de los combustibles que utilizan los  que participan en esta locura  de puentes y más tiempos de descanso, en una enloquecida carrera de despropósitos.

No vendría mal, a unos y a otros, pasar un par de días en el Hospital para parapléjicos de Toledo, y ver las consecuencias de lo que producen los accidentes Automovilísticos. Seguro que ambos se pensarían mejor lo que hacen.

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