El pregonero

Artur Mas se va pero amenaza con volver

Ante la posibilidad de unas nuevas elecciones, que serían una catástrofe política, ya que bajaría la participación ciudadana y los partidos independentistas recibirían menos votos para su oferta de separación de España, Artur Mas ha encabezado una estafa política obteniendo para su partido una confianza de la mano de un partido que pone en sus manos a cuatro tránsfugas, para salvar una catástrofe de incalculables consecuencias.

Eso si, los independentistas mantienen su hoja de ruta y amenazan con declarar en 18 meses la independencia de Cataluña, desobedeciendo todas las leyes que trata de poner en marcha el Estado español, algo que ocurrirá inevitablemente,y que supondrá la inhabilitación y el desmontaje por parte de la Justicia, de todo el entramado que se pueda ir construyendo, se haga de una u otra forma.

Que – como ha dicho Artur Mas – los tránsfugas ayuden a tener una Gobierno catalán estable, es una estafa democrática de primer orden y es el primer lamentable espectáculo que va a contemplar España, si no se ponen los medios para frenar esta locura paleta y hortera.

Pero lo peor – con ser lo anteriormente dicho más que suficiente – es que en su discurso, el expresidente Mas ha dicho que, «se hace a un lado, pero no descarta volver más adelante». Quizás cuando esta inconsciente ruta de independentismo se anule y el sentido común y las leyes, obliguen a esta tropa a volver a la normalidad y dialogar sobre sus pretensiones de autogobierno, pero todo ello dentro de la unidad de España.

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