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Grabación centenaria con fonógrafo en la Biblioteca Nacional

Texto y fotos de Patricia A. Llaneza

El pasado 28 de octubre, con motivo del la XV Jornada del Patrimonio Audiovisual tuvo lugar un evento insólito en el Auditorio de la Biblioteca Nacional de España (BNE).
Después de más de un siglo, se grababa en un fonógrafo Edison Home de 1898 y su cilindro de cera, al ser horadado por un filo de zafiro, como entonces. Algo único y por tanto, histórico.

La persona elegida para registrar esa huella eterna en forma de canción fue Olga María Ramos, Cupletista y Cupletóloga evocadora de muchas de las canciones coetáneas del fonógrafo. Vestida para la ocasión y confesando algunos nervios iniciales por la emoción del acto, se acercó a la bocina y cantò, El Polichinela (1.908).

Pedro Martínez, el artesano manipulador del instrumento, ejecutaba cada paso con solemnidad y mucho cariño; se le veía orgulloso y contento. El público enmudecido abarrotaba el Salón de Actos de la BNE y sólo ante la indicación de Pedro, finalizados los dos minutos de grabación, estalló en aplausos.

Una vez cepillado el cilindro con una pequeña brocha para quitar el polvo que dejaba la cera al ser surcada, vino el momento más emocionante del acto, cuando se cambió la bocina de grabación, más estrecha, por la de reproducción, un poco más ancha y con el extremo ondulado, y pudimos oír por fin la magia del sonido añejo del siglo XIX pese a haber sido grabada la voz dos minutos antes.

Es emocionante pensar que esta grabación de El Polichinela por Olga María Ramos con el fonógrafo pasará a formar parte de los fondos de la BNE en donde se quedará para siempre. Quién sabe cuándo volverá a reproducirse. El evento fue cubierto por diversos medios audiovisuales y mucha expectación por lo curioso del proceso y su resultado.

Entre el público estaba Carmen Alonso, la hija del Maestro Alonso, autor de canciones como Los Nardos, La Lola, Las Taquimecas…precisamente este último chótis fue el que le cantó Olga a la hija del autor a capella para agradecerle su presencia, siendo también esta pieza, por cierto, la favorita del propio Alonso. También se encontraban entre los asistentes el investigador y escritor Javier Barreiro o Mario Villagrasa, el último organillero. Un chico que, pese a su juventud, es otro artesano que hace a mano los cilindros de los organillos y sus melodías. En definitiva, una audiencia muy especial que pudo disfrutar de algo irrepetible.

Este acto está enmarcado en la exposición “Máquinas Parlantes. El arte de atrapar el sonido” Del 16 de octubre de 2025 al 8 de febrero de 2026 en la Sala Hipóstila. Una maravilla de muestra de una gran selección de fonógrafos, gramófonos, gramolas y demás máquinas parlantes con muchas curiosidades muy bien explicado. Es muy llamativo ver, por ejemplo, los gramófonos portátiles, de un tamaño más pequeñito que se llevaban de viaje, y los infantiles, con una estética preciosa. El recorrido cronológico por los reproductores de sonido comienza en estos primigenios ya citados y finalización el soporte digital actual.

La exposición está comisariada por Áurea Domínguez y María Jesús López, que han hecho un trabajo espectacular durante mucho tiempo en su diseño, planificación, investigación, etc y consiguiendo para deleite de todos piezas únicas de coleccionistas como José Luis Mur, entre otros, también presente en el acto. Una exposición más que recomendable con un interés histórico, musical e incluso social. Evidentemente, no todo el mundo podía tener una de esas “máquinas infernales·, como llegaron a denominarlas entonces por ser algo tan novedoso la reproducción de las voces y las músicas.

Horario: ·Lunes a sábado de 10:00 a 20:00h
·Domingos y festivos de 10:00 a 14:00h
La entrada es gratuita.

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