El pregonero

Guerra Israel-Gaza: Este atroz sufrimiento colectivo debe terminar

Desde Médicos Sin Fronteras pedimos un alto el fuego inmediato que salve las vidas de los gazatíes y restablezca el flujo de ayuda humanitaria del que depende la supervivencia de la población de Gaza.

Nuestro personal en Gaza informa de un gran número de niños y niñas muertos y gravemente heridos por los incesantes bombardeos. Según el Ministerio de Sanidad palestino y la OCAH, el 62% de las víctimas mortales han sido mujeres y niños.

Hasta el 23 de octubre, 72 instalaciones sanitarias habían sido atacadas en Gaza, según la OMS. Los heridos y enfermos deben recibir atención médica. Las instalaciones y el personal médico deben ser protegidos y respetados; los hospitales y las ambulancias no son objetivos.  

El asedio impuesto por el gobierno israelí, que incluye la retención de alimentos, agua, combustible y electricidad, es inconcebible. Es un castigo colectivo, prohibido por el derecho internacional humanitario, y puede constituir un crimen de guerra.

Médicos Sin Fronteras pedimos:

  • Un alto el fuego inmediato que salve las vidas de los gazatíes y restablezca el flujo de ayuda humanitaria del que depende la supervivencia de la población de Gaza.

    Pedimos el cese inmediato del derramamiento indiscriminado de sangre y de los ataques masivos contra Gaza que Israel lleva a cabo desde hace dos semanas. Miles de personas han muerto y resultado heridas. Se han destruido hospitales. Hoy, ningún lugar es seguro en Gaza.

    Nuestro personal en Gaza informa de un gran número de niños y niñas muertos y gravemente heridos por los incesantes bombardeos. Según el Ministerio de Sanidad palestino y la OCAH, el 62% de las víctimas mortales han sido mujeres y niños. Hasta el 23 de octubre, 2.055 niños han muerto y 4.992 han resultado heridos.

  • Que se levante el asedio para permitir el paso creciente y continuo de suministros humanitarios a Gaza, incluidos artículos esenciales como combustible, al tiempo que se garantiza un paso seguro para llegar a las personas con mayores necesidades.

    Medicamentos, equipos médicos, alimentos, agua potable y combustible (que permite la distribución de agua y el funcionamiento de los hospitales) son esenciales y deben estar al alcance de la población. Según la OCAH, hasta ahora se han cubierto menos del 4% de las necesidades urgentes.

  • Que se proteja en todo momento a la población civil y las instalaciones sanitarias de ambos bandos.

    Hasta el 23 de octubre, 72 instalaciones sanitarias habían sido atacadas en Gaza, según la OMS. Los heridos y enfermos deben recibir atención médica. Las instalaciones y el personal médico deben ser protegidos y respetados; los hospitales y las ambulancias no son objetivos.

  • Aunque las necesidades humanitarias y médicas en Gaza son muy elevadas, es extremadamente difícil que la ayuda humanitaria y el personal lleguen a las personas que más lo necesitan. Necesitamos garantías básicas de seguridad para poder prestar servicios humanitarios y médicos.

    Nuestra capacidad de respuesta es muy limitada debido a la inseguridad y la imprevisibilidad de los bombardeos, así como a la imposibilidad actual de hacer llegar suministros médicos a Gaza. Queremos hacer más, y necesitamos garantías básicas de seguridad para poder prestar servicios humanitarios y médicos.

En Gaza

  • El asedio impuesto por el gobierno israelí, que incluye la retención de alimentos, agua, combustible y electricidad, es inconcebible. Es un castigo colectivo, prohibido por el derecho internacional humanitario, y puede constituir un crimen de guerra.

Unos 2,2 millones de personas están actualmente atrapadas en Gaza, uno de los lugares más densamente poblados del mundo. Los intensos bombardeos y los ataques indiscriminados han convertido una crisis humanitaria crónica en una catástrofe.

Millones de hombres, mujeres y niños se enfrentan a un castigo colectivo e inhumano en forma de asedio total, además de los constantes bombardeos y la amenaza pendiente de una ofensiva terrestre.

Con un suministro cada vez menor de alimentos seguros, agua potable y servicios sanitarios, y sin un refugio adecuado, niños y adultos, incluidos los ancianos, correrán un mayor riesgo de contraer enfermedades.

  • El nivel de ayuda humanitaria permitida en el enclave asediado es ridículamente inadecuado en comparación con las enormes necesidades de la población de Gaza.

Las organizaciones humanitarias calculaban que antes de la guerra se importaban entre 300 y 500 camiones de ayuda al día.

Además, aunque los hospitales del norte de Gaza están desbordados y necesitan todo tipo de ayuda, sigue siendo muy difícil hacer llegar esta ayuda al norte de forma segura, en medio de los continuos bombardeos y la falta de protección de las instalaciones médicas. Según la OCAH, a pesar de ello, se entregaron muy pocos medicamentos vitales, equipos quirúrgicos y otros suministros al hospital Al-Shifa del norte. No es suficiente.

  • Este asedio casi no deja respiro a los pacientes atrapados en los combates ni al personal médico.

Orden de evacuación dada a la población de Gaza

El llamamiento de las Fuerzas israelíes a evacuar la totalidad del norte de la Franja de Gaza, que sigue en pie, es indignante y ridículo. Esto exige que los médicos abandonen el cuidado de sus pacientes, que los pacientes en estado grave huyan de alguna manera, y que la gente abandone sus tierras, casas y posesiones. Esto se agrava aún más por el hecho de que mientras Israel ordena a la gente que huya hacia el sur, sigue bombardeando el sur con mayor intensidad.

La orden de evacuación sin las necesarias condiciones de seguridad, y con el telón de fondo del asedio, viola el derecho internacional humanitario.

Las órdenes de evacuación de Israel a los hospitales del norte de Gaza son una sentencia de muerte para los enfermos y heridos graves.

Los civiles de Gaza se enfrentan a un enorme riesgo de muerte, tanto si intentan huir como si permanecen en sus hogares.  Las órdenes de evacuación israelíes tampoco pueden equivaler a «advertencias efectivas», ya que los ciudadanos de Gaza no pueden tomar con seguridad medidas concretas para hacer caso de tales advertencias. Han muerto personas mientras evacuaban, entre ellas familiares de nuestros compañeros.

No se dan las condiciones humanitarias para cerca de un millón de personas reubicadas en el sur de Gaza desde sus hogares y refugios en el norte: muchos duermen en condiciones precarias, el acceso al agua potable es peligrosamente escaso, no hay electricidad y las pésimas condiciones higiénicas son terreno abonado para el desarrollo de más problemas de salud en los próximos días y semanas.  

Varias personas, que inicialmente se trasladaron al sur tras los bombardeos y la orden de evacuación, regresaron al norte. Esto incluye a personal médico, entre ellos muchos de nuestros empleados, que decidieron trabajar en hospitales del norte y salvar vidas.  

Los pacientes hospitalizados no pueden ser reubicados con seguridad, y los servicios médicos no están en funcionamiento. Esta evacuación no garantiza la seguridad.  

Quienes deseen salir por el paso fronterizo de Rafah deben poder hacerlo de forma segura, sin perjuicio de su derecho a regresar, y debe cesar inmediatamente el bombardeo de los pasos fronterizos para permitirlo. 

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