Texto: Sara Navalpotro Muñoz. Fotos: Asociación Boda Regia
Se Vuelve a viajar en el tiempo gracias a la atmósfera que se siente en Valencia de Alcántara, aunque este año con un matiz especial. La villa fronteriza extremeña se engalana para celebrar la vigésima edición de su ya emblemática Boda Regia, una recreación histórica que, cada verano, transporta a los lugareños y visitantes cinco siglos atrás. Sus calles empedradas, testigo silencioso de incontables historias, vibran con el bullicio festivo intensificado por la celebración de este aniversario significativo. Todo ello ocurre entre el 25 de juiio y el 3 de agosto próximos.
Damas ataviadas con ricas telas de colores, caballeros con bellas armaduras y caballos, bailes y justas… la historia de un matrimonio Regio entre la Infanta Isabel, hija de los Reyes Católicos, y el Rey Manuel I de Portugal en 1497, cobra vida con una intensidad renovada, marcando dos décadas de pasión por la historia y la tradición.
Este año, la Boda Regia promete ser más espectacular que nunca, atrayendo a viajeros y curiosos, emocionando año tras año a los visitantes, convirtiendo esta celebración en un símbolo de identidad para el pueblo.
En su vigésima edición, la ceremonia nupcial, y otras historias tras ella, se representan con dedicación y cuidado a los pies de la grandiosa iglesia de Rocamador, testigo vivo de aquel enlace.
Cada detalle, desde los trajes confeccionados con maestría por las vecinas de Valencia que han ido perfeccionando sus habilidades en la costura, a lo largo de estas dos décadas, hasta la cuidada caracterización de la corte real, y su representación teatralizada de la boda, es testigo del compromiso de Valencia de Alcántara con su pasado.
Esta vigésima edición de Boda Regia también es una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de esta celebración a lo largo de los años, desde el mercado medieval a sus pintorescas calles del barrio judío pasando por los vecinos, muchos de los cuales han participado activamente durante estas dos décadas, compartiendo sus recuerdos y anécdotas, tejiendo una narrativa colectiva que enriquece la experiencia de los recién llegados.
Pero no solo participan los vecinos, comercios y bares también nutren de ambiente festivo las calles durante estos días, ya sea con productos típicos de nuestra gastronomía, como juguetes de época elaborados en madera para los más pequeños de la casa. Los bares y restaurantes de la zona celebran la llegada de los Reyes, con un concurso de tapas llamada la Ruta de la Tapa Isabelina en la que permiten al visitante participar de manera activa votando cuál es su favorita, deben cumplir unos requisitos para que se parezcan a tapas que pudieran ser elaboradas en aquella época.
La vigésima edición de la Boda Regia, consigue celebrar la perseverancia de una comunidad por mantener viva su historia. En Valencia de Alcántara, este aniversario no es solo una efeméride, sino una reafirmación de su identidad y un regalo para los sentidos de quien busque experiencias auténticas.
