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Beti Jai, “Siempre fiesta”, un frontón vasco en el corazón de Madrid

Construido en 1894, en pleno auge del fascinante juego de pelota vasca, es el último de los 30 frontones monumentales que se levantaron en la capital de España

Un año antes, en 1893, se había inaugurado en San Sebastián otro frontón de igual nombre, levantado a instancias del empresario José Arana. Esta construcción presentaba una importante novedad arquitectónica: sus gradas laterales eran ligeramente curvas, aumentando así la distancia entre las localidades, la contracancha y la cancha o plaza, mejorando con ello la visibilidad. El frontón donostiarra unía a esta peculiaridad constructiva, la buena calidad de su pared de rebote, que propiciaba partidos muy espectaculares.

La extraordinaria acogida del Beti Jai donostiarra decidió a José Arana, quien por aquellas fechas había sido agraciado con el premio gordo de la lotería de Navidad, asociarse con Antonio Modesto de Unibaso, y encargar al arquitecto Joaquín Rucoba la construcción en Madrid de un frontón de características similares.

Un elegante frontón

Frontón Beti Jai
Frontón del Beti Jai

Joaquín Rucoba ideó un edificio de tres alturas que contaba con escaleras independientes para el acceso a los palcos, plateas, sillas y gradas; no olvidó un vestíbulo principal, los distintos salones de descanso, las dependencias administrativas y las taquillas. Un diseño innovador con la aportación de la arquitectura de hierro, tan en boga a finales del siglo XIX, con gradas ligeras, elegantes y curvas, con su fachada interior neomudejar. Y en el exterior, no podía faltar un broche final con los medallones del anagrama de la empresa promotora: Arana, Unibaso y Cía.

Y comenzó la obra

Los empresarios eligieron un solar situado en el entonces denominado barrio de Almagro, distrito de Chamberí, a escasa distancia del Paseo de la Castellana, un lugar con espaciosas avenidas ocupada por algunos palacetes que albergaba a familias nobles y de la alta burguesía.

Las obras del frontón se iniciaron en octubre de 1893 y contaron con un presupuesto de más de dos millones de reales para alojar a 4.000 personas. Un resumen de dimensiones ofrece los siguientes datos: 67 metros de largo; anchura, 20 metros, once de ellos destinados a cancha y los restantes a contracancha o contrajuego para evitar pelotazos a los espectadores. La pared izquierda tenía una altura de 11,50 metros, muy superior a la de otros frontones construidos hasta entonces, y el conjunto de la cancha y contracancha ocupaba una superficie de casi 1.700 m2.

Estreno de Bei Jai

El 29 de mayo de 1894 se inauguró Beti Jai y la noticia fue difundida por la mayoría de la prensa nacional. Concretamente, el rotativo El Día y la revista El Pelotari informaban que el evento contó con la celebración de tres grandes partidos y exhibiciones de afamados pelotaris vascos de cesta, mano y pala quienes gozaban de admiración, fama y dinero, según describían las crónicas periodísticas.

También, los diarios habían advertido a sus lectores sobre los recelos despertados entre los dueños de otros frontones madrileños que, incluso, intentaron impedir la concesión de la licencia municipal para la apertura al público.

Cambió la moda y llegó el deterioro

Pasó el tiempo y el advenimiento de otros deportes, como el fútbol y los cines fueron causa de la pérdida del interés del público, por este atractivo espectáculo. Lo cierto es que, en 1919, Beti Jai dio por finalizadas sus jornadas deportivas y comenzó a acoger otras actividades como: exhibiciones de hípica, formación militar y laboratorio de ensayos aeronáuticos. Durante la Guerra Civil sus instalaciones fueron reconvertidas en comisaría. A mediados del siglo XX se vendió a la compañía automovilística Citroën que lo utilizó como taller de reparaciones; posteriormente fue ocupado por fábricas de diversa índole, e incluso viviendas. Todo un conjunto de acciones que deterioraron, notablemente, la configuración del inmueble.

Llegó la restauración

Tras años de ruinoso abandono, el Ayuntamiento de Madrid expropió, en 2015, Beti Jai, que había sido declarado, por la Comunidad de Madrid, Bien de Interés Cultural, en 2011. Este cambio de titularidad dio paso a un proceso de recuperación que supuso un gran desafío debido a su deficiente estado de conservación.

La restauración, del emblemático frontón, concluyó en 2019. El edificio quedó consolidado y adscrito al Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid.

Beti Jai. Pioneras
Pioneras

Desde entonces, se puede acceder a las instalaciones gratuitamente, y completar una grata experiencia admirando numerosas fotografías murales históricas, pertenecientes a personajes de la época, junto con materiales deportivos que se usaban en aquellos venturosos años.

Pelotari del Beti Jai
Pelotari

Tras la visita, se advierte que queda pendiente una completa recuperación del interior del edificio, como: adecuar asientos en palcos, plateas, sillas y gradas; los visitantes echan en falta los servicios de aseos. Sin duda, la inversión a realizar es aun muy importante.

Palas del Beti Jai
Palas del Beti Jai

Frontón Beti Jai.

Marqués de Riscal, 7
28010 – Madrid

Visitas libres y horarios.

Desde 1 de octubre hasta el 14 de junio (inclusive), de martes a domingos, de 10.00 a 14.00 horas.

Los días 25 de diciembre y 1 de enero el frontón está cerrado al público.

Visitas guiadas del Ayuntamiento de Madrid. Para todos los públicos: de martes a domingo por la mañana. https://betijai.reservaspatrimonio.es/.

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