El pregonero

España puede librarse de la extrema derecha

Podría parecer que tanta política, debates, personajes, mensajes, programas, y una larga lista de amenazas, cansan, sobran y nos martirizan de forma inaudita. Puede ser que si, pero es un mal, que se soluciona en pocas fechas, y tras poner el sobre electoral en la urna, casi todo se acaba. Durante poco más de un mes, nos siguen aturdiendo con sus proclamas, recomendaciones y sus pactos, para llegar a gobernar este país, que hasta puede ser que tenga arreglo. Después, casi todo pasa y solamente las estupideces de algunos políticos – suelen ser los mismos que hemos padecido durante la larga campaña electoral – nos revientan un momento de tranquilidad y bonanza que podamos  disfrutar.

Tranquilos, que no hay mal que mil años dure, y tras estos momentos de congoja y desestabilidad mental, llega la tranquilidad o al menos una deseada y conseguida paz. Mientras esta panda de aguerridos y molestos  sujetos, se siguen insultando, amenazando y buscando pactos, lo seres normales – es decir los sufridos y pacientes contribuyentes – comprueban que nuestros impuestos, que ahora estamos discutiendo con Hacienda en base al IRPF, sirven para muchas cosas. Entre ellas para empezar a pagar los sueldos de esa locuaz plaga que ha resultado victoriosa en las listas de las recientes Elecciones Generales que hemos sufrido.

Hasta aquí, todo más o menos conocido y previsto. Pero todavía no ha terminado esta obra teatral. Ahora comienza el desenlace de esta comedia, que por parecer casi conocido, tiene sus matices y detalles a pie de página. Resulta que este país también llamado España o conjunto de las Españas, que bien podría así denominarse, no tiene un futuro totalmente despejado. Todavía tenemos serias nubes – podrán los pesimistas pensar que es «gota fría» – y todos buscamos que el temporal pase y llegue el buen tiempo. Parece más bien que con lo que escuchamos, el temporal no amaina, pero con paciencia la borrasca se diluirá y – esperamos los optimistas – que nuestro país, nosotros, al fin, volveremos a la vida normal.

España, los españoles, sobre todo los que hemos conocido los 40 años de dictadura de su «excrecencia», no podemos ni imaginar, que los voceros de tan execrable genocida, puedan controlar la vida de los españoles normales y corrientes. Es verdad, existe ese peligro, pero España puede y debe librarse de estos malhechores, que explican en sus mítines, que la mujer es un objeto a utilizar; que la «Reconquista» debe llevarse a cabo – cuando la cultura árabe forma parte de nuestra vida, utilizando más de 3.000 palabras de origen árabe en nuestro lenguaje diario – ; utilizando la bandera española de todos, como arma arrojadiza, contra los que no piensan como ellos; mientras estos alocados ignorantes, llegan a pedir que se expulse a los emigrantes que se ganan la vida honradamente, cuando gracias a ellos se llegará  en un futuro próximo, a poder asegurar las pensiones, por su colaboración al cobrar sus nóminas; claro que estos estos indocumentados no saben  que nuestros antepasados  cercanos plagaron el Nuevo Mundo de mezclas y dieron lugar a países, eso si haciendo desaparecer – y en muchos casos consiguiéndolo – a razas, tribus y culturas tan importantes como la que España disfrutaba ese momento.

Demasiado y amplio, el conjunto de estupideces, mentiras y barbaridades que esta tropa quiere imponer a los españoles. Es por ello que es de suponer que a pocos días de la jornada de votación, no se piense en que los van a conseguir. Gracias al Partido Popular – la mayoría de estos impresentables son exaltados partidarios del PP – nos han invadido estos extraños seres, que aún creen en, la «España, Grande y Libre», que tanta miseria, sufrimiento y ajuste de cuentas, fue impuesta por un dictador, maestro de esta plaga, que amenaza con  repetir el enfrentamiento que hubo hace 80 años en España, por la imposición de un golpe de estado contra una República fruto de las urnas.

Así las cosas, sólo falta que, primero,  que los votantes en estas ya muy próximas Elecciones Generales, no se crean las barbaridades de esta tropa de descerebrados que quieren complicar la vida a los españoles, «salvándonos» de nuestra normalidad y vida a la española, que es una de las mejores formas de vivir. Después, que los políticos que cobrarán saneados sueldos, los utilicen para servir a este país. Es decir no jalear a esta jauría, ni permitir que estos «tontos de solemnidad», marquen la forma de vida de los españoles que quieren solamente vivir en paz. Y, finalmente, que los pactos a que se pueda llegar, sean los que realmente  sirven para hacer posible una vida agradable a los habitantes de este país llamado España – la auténtica España – y no, la de la manipulada «España» de estos insensatos.

Es posible pues librarse de esta extrema derecha, que solamente puede generarnos problemas. Seguro que lo conseguimos.

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