El pregonero

Un otoño dedicado a los sinvergüenzas de este país

Desde los primeros días de octubre y hasta bien entrado el año 2017 los españoles vamos a comprobar con todo lujo de detalles, la tropa de sinvergüenzas y corruptos que pueblan este país  también llamado España.

Comienza la macabra serie con los ladrones – pertenecen a toda la clase social, desde empresarios a  políticos pasando por sindicalistas – que utilizaron las denominadas tarjetas black para robar a los impositores de Caja Madrid, después llamada Bankia, utilizando más de 14 millones de euros en gastos varios, que fueron, desde viajes de todo tipo a ropa de lujo, restaurantes  de estrellas Michelin, y fueron tan cutres, que llegaron a pagar miles de euros para pagar helados.

Esta es la España que quieren hacer esta tropa de corruptos – con especial dedicación dentro del Partido Popular al que votan 8 millones de españoles de forma incomprensible vistas sus hazañas – y que parece que puede reaccionar en breve si una izquierda civilizada – y no enfrentada – se une y logra formar un Gobierno que enderece esta desvergüenza de política neoliberal que arruina al país y ya ha conseguido que el 37% de sus ciudadanos estemos dentro del apartado de la pobreza, en mayor o menor grado.

No solamente existen mentirosos como el exministro Soria – ¡ De buena se ha librado el sector turístico español ! – que en su «ignorancia» no recordaba que era un corrupto que evadía sus impuestos hacia paraísos fiscales.

Tampoco individuas como Rita Barberá, que amparada por dirigentes de un partido acusado de financiación ilegal y otros muchos delitos, era una de las que lo practicaba en grado sumo desde Valencia – con el «valioso» número 3 del PP detrás de Aznar y Fraga – ¡ Vaya tropa! –  todo tipo de tropelías. Para pagar su gran trabajo político los españoles vamos a pagarle alrededor de 8.000 euros todos los meses por no ir al Senado.

Y aún quedan grandes empresarios como el avispado Blesa, que se permite la desfachatez de decir que las Preferentes eran legales y que fueron adquiridas por ignorantes, mientras sus esbirros directores de bancos engañaban a los clientes y llegaban a falsificar firmas.

Pues para poner una guinda en este pastel – seguiremos todavía hablando durante muchos más pregones de esta tropa de corruptos –  véase la ínclita Lucrecia Botín – ya saben de la familia de toda la seriedad bancaria, con su nefasta e impresentable negocio – que aparece junto al dueño de la empresa alimenticia «Gallina Blanca», los antiguos dueños de ALSA, y otros sujetos que tienen el gran patriotismo de evadir sus dineros, mejor o peor ganados, a paraísos fiscales como Bahamas, Andorra y lugares ideales para estafar a los españoles.

Seguiremos hablando de esta tropa durante meses, porque vamos a contemplar un año de  procesos jurídicos sin fin, en partidos políticos de todos los colores, de empresarios y hasta de sindicalistas.Esta es la España que sigue votando al Partido Popular, que puede hundirnos aún más en la miseria, aunque en cuatro años haya perdido 3 millones de votos.

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